Las ciudades son el abismo de la especie humana J. J. Rousseau

















La ciudad es en ocasiones recordada por alguien que vivía en ella, por un lugar, por un no lugar, por alguna comida, por una casualidad. Aunque a veces no tenga sentido, nos hemos acostumbrado a vivir en ella, a su ritmo y pese a que en momentos colapse, siempre llegamos a casa para levantarnos al otro día y volver a transitar por ella. Muchas veces me pregunto si algún día podré irme.

Tome éstas fotos del zócalo capitalino hace poco desde dos perspectivas distintas, una de costado y la otra por detrás, esto me mostro que por mucho que visite este lugar nunca parece el mismo. Considero que ninguna ciudad se parece a otra, pero la Ciudad de México, es por sus contrastes, algo que siempre me tiene algo nuevo.

Es curioso pero antes no me gustaba la fotografía hasta la influencia de un amigo, che tío, en fin.

Liliana




Palabras rojas, palabras claras, palabras cortas... somos palabras.

Días grises traen pensamientos fuertes de cosas pequeñas en apariencia débiles. Tengo un corazón débil que se duele por todo. Una mente terca y fuerte que sucumbe a las emociones.

En el vaivén del tiempo, en la prolongación y merma de distancias; la única constante que se hace evidente en cada cambio, en cada cresta, es la condición humana que modifica lo que tiene a su alrededor, en su interior y en ella misma pero nunca llega a su objetivo primordial: escapar de sí misma.

Durante todos los tiempos las situaciones no han dejado de ser más que un espiral con sucesos repetitivos hasta la ignominia. La hambruna, las guerras, el progreso, la generalización y la división siguen firmes como en otrora cuando no había armas pero el poder era también la directriz de todo ente.

Ahora, las causas y los objetivos se han desdibujado, los motivos se hacen blandos y las acciones como las palabras se vuelven cada vez más insignificantes. Matar indistintamente se ha vuelto una acción aterradoramente aceptable, la violencia de todo tipo se ha simplificado hasta mostrarse como cotidianeidad. Mientras los hospitales están atiborrados y las farmacéuticas siguen siendo uno de los negocios más fructíferos de la actualidad, el despojo de los valores de la vida sigue su camino rígido hasta el basurero. Algunos se duelen y otros no conocen la diferencia entre el bienestar y el dolor porque se han desarrollado en un ambiente que no hace distinciones entre uno y otro. Los niños confundidos hacen su combo de comportamientos agresivos sin conocer la causa y las consecuencias de ellos. Los viejos refunfuñan añorando los tiempos ancestrales cuando era inaudito que los más jóvenes se revelaran de la manera en que ahora lo hacen.

Los humanos siguen siendo humanos a pesar de que su valor no corresponde a su condición sino a su capacidad de generar mercancías. Los ancianos viven la degradación no sólo de su cuerpo sino de esta sociedad que los mira y trata con desdén por su incapacidad de realizar acciones materiales. El conocimiento que antes era valorado y hasta venerado se ha nulificado. Más te vale no saber y sólo hacer. Cuando los únicos factores que dirigen al mundo entero son la información y su poder para desarrollar cosas materiales, en su mayoría fetichismos, los valores de convivencia resultan ser no sólo inútiles, sino inaceptables, un despojo.

Si bien es cierto que la información en estos tiempos es una mercancía valiosa, hemos de tener bien en cuenta que información no es ni nunca será sinónimo de verdad. La mentira ha resultado una película de sumo convencedora en el pensamiento de la generalidad y ha convertido al aparato crítico en un órgano productor de indiferencia.

En el vertiginoso desarrollo de nuevas formas de comunicación y su sorprendente capacidad de llegar cada vez a más usuarios, modificando costumbres y resignificando los conceptos de distancia y tiempo, se ha permeado la conciencia de los participantes en este defectuoso juego. La singular confianza que hemos otorgado a nuestro sentido de la vista nos ha hecho creernos de imágenes acentuadas con un discurso, que aunque falso, irrefutable, confinando todos nuestros conocimientos a las cosas que se nos han hecho llegar. No sólo de la situación actual, de la historia misma que ha cambiado su legitimidad cada vez que un individuo ingenioso interviene con nuevos datos girando la estructura que yacía dentro de un sinfín de cabezas.

Un disparo en la sien, cómo vino, de dónde, porqué o cualquier duda que pudiera surgir son inservibles, la bala ahora está en tu cráneo. El desarrollo de medios fríos nos confunde y cachetea con datos indigeribles que absorbemos pero no asimilamos. En nuestro afanoso camino al porvenir, al progreso y al desarrollo de nuestras capacidades, en nuestra metamorfosis para ser dios, hemos caído para sabernos otra vez humanos.

Por: Isolda Primrose


Para Isolda
De Ítaca

Por que somos palabras

Tal vez sí es menos complicado¡¡¡

Abrir comillasLa confusión es un estado mental, se cree que su origen es la duda, cuando verdaderamente proviene del miedo.Cerrar comillas
Lourdes Franco

Será...





Abrir comillasVuelvo una vez más a enredarme en la confusión, pienso... más de lo normal, aún sabiendo que puedo quebrantar... .Cerrar comillas
Zaida

El gato negro



El gato me siguió mientras bajaba la empinada escalera y estuvo a punto de tirarme cabeza abajo, lo cual me exasperó hasta la locura. Alzando un hacha y olvidando en mi rabia los pueriles temores que hasta entonces habían detenido mi mano, descargué un golpe que hubiera matado instantáneamente al animal de haberlo alcanzado. Pero la mano de mi mujer detuvo su trayectoria. Entonces, llevado por su intervención a una rabia más que demoníaca, me zafé de su abrazo y le hundí el hacha en la cabeza. Sin un solo quejido, cayó muerta a mis pies.

Cumplido este espantoso asesinato, me entregué al punto y con toda sangre fría a la tarea de ocultar el cadáver. Sabía que era imposible sacarlo de casa, tanto de día como de noche, sin correr el riesgo de que algún vecino me observara. Diversos proyectos cruzaron mi mente. Por un momento pensé en descuartizar el cuerpo y quemar los pedazos. Luego se me ocurrió cavar una tumba en el piso del sótano. Pensé también si no convenía arrojar el cuerpo al pozo del patio o meterlo en un cajón, como si se tratara de una mercadería común, y llamar a un mozo de cordel para que lo retirara de casa. Pero, al fin, di con lo que me pareció el mejor expediente y decidí emparedar el cadáver en el sótano, tal como se dice que los monjes de la Edad Media emparedaban a sus víctimas.

El sótano se adaptaba bien a este propósito. Sus muros eran de material poco resistente y estaban recién revocados con un mortero ordinario, que la humedad de la atmósfera no había dejado endurecer. Además, en una de las paredes se veía la saliencia de una falsa chimenea, la cual había sido rellenada y tratada de manera semejante al resto del sótano. Sin lugar a dudas, sería muy fácil sacar los ladrillos en esa parte, introducir el cadáver y tapar el agujero como antes, de manera que ninguna mirada pudiese descubrir algo sospechoso.

No me equivocaba en mis cálculos. Fácilmente saqué los ladrillos con ayuda de una palanca y, luego de colocar cuidadosamente el cuerpo contra la pared interna, lo mantuve en esa posición mientras aplicaba de nuevo la mampostería en su forma original. Después de procurarme argamasa, arena y cerda, preparé un enlucido que no se distinguía del anterior y revoqué cuidadosamente el nuevo enladrillado. Concluida la tarea, me sentí seguro de que todo estaba bien. La pared no mostraba la menor señal de haber sido tocada. Había barrido hasta el menor fragmento de material suelto. Miré en torno, triunfante, y me dije: "Aquí, por lo menos, no he trabajado en vano".

Mi paso siguiente consistió en buscar a la bestia causante de tanta desgracia, pues al final me había decidido a matarla. Si en aquel momento el gato hubiera surgido ante mí, su destino habría quedado sellado, pero, por lo visto, el astuto animal, alarmado por la violencia de mi primer acceso de cólera, se cuidaba de aparecer mientras no cambiara mi humor. Imposible describir o imaginar el profundo, el maravilloso alivio que la ausencia de la detestada criatura trajo a mi pecho. No se presentó aquella noche, y así, por primera vez desde su llegada a la casa, pude dormir profunda y tranquilamente; sí, pude dormir, aun con el peso del crimen sobre mi alma.

Pasaron el segundo y el tercer día y mi atormentador no volvía. Una vez más respiré como un hombre libre. ¡Aterrado, el monstruo había huido de casa para siempre! ¡Ya no volvería a contemplarlo! Gozaba de una suprema felicidad, y la culpa de mi negra acción me preocupaba muy poco. Se practicaron algunas averiguaciones, a las que no me costó mucho responder. Incluso hubo una perquisición en la casa; pero, naturalmente, no se descubrió nada. Mi tranquilidad futura me parecía asegurada.

Al cuarto día del asesinato, un grupo de policías se presentó inesperadamente y procedió a una nueva y rigurosa inspección. Convencido de que mi escondrijo era impenetrable, no sentí la más leve inquietud. Los oficiales me pidieron que los acompañara en su examen. No dejaron hueco ni rincón sin revisar. Al final, por tercera o cuarta vez, bajaron al sótano. Los seguí sin que me temblara un solo músculo. Mi corazón latía tranquilamente, como el de aquel que duerme en la inocencia. Me paseé de un lado al otro del sótano. Había cruzado los brazos sobre el pecho y andaba tranquilamente de aquí para allá. Los policías estaban completamente satisfechos y se disponían a marcharse. La alegría de mi corazón era demasiado grande para reprimirla. Ardía en deseos de decirles, por lo menos, una palabra como prueba de triunfo y confirmar doblemente mi inocencia.

-Caballeros -dije, por fin, cuando el grupo subía la escalera-, me alegro mucho de haber disipado sus sospechas. Les deseo felicidad y un poco más de cortesía. Dicho sea de paso, caballeros, esta casa está muy bien construida... (En mi frenético deseo de decir alguna cosa con naturalidad, casi no me daba cuenta de mis palabras). Repito que es una casa de excelente construcción. Estas paredes... ¿ya se marchan ustedes, caballeros?... tienen una gran solidez.

Y entonces, arrastrado por mis propias bravatas, golpeé fuertemente con el bastón que llevaba en la mano sobre la pared del enladrillado tras de la cual se hallaba el cadáver de la esposa de mi corazón.

¡Que Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio! Apenas había cesado el eco de mis golpes cuando una voz respondió desde dentro de la tumba. Un quejido, sordo y entrecortado al comienzo, semejante al sollozar de un niño, que luego creció rápidamente hasta convertirse en un largo, agudo y continuo alarido, anormal, como inhumano, un aullido, un clamor de lamentación, mitad de horror, mitad de triunfo, como sólo puede haber brotado en el infierno de la garganta de los condenados en su agonía y de los demonios exultantes en la condenación.

Hablar de lo que pensé en ese momento sería locura. Presa de vértigo, fui tambaleándome hasta la pared opuesta. Por un instante el grupo de hombres en la escalera quedó paralizado por el terror. Luego, una docena de robustos brazos atacaron la pared, que cayó de una pieza. El cadáver, ya muy corrompido y manchado de sangre coagulada, apareció de pie ante los ojos de los espectadores. Sobre su cabeza, con la roja boca abierta y el único ojo como de fuego, estaba agazapada la horrible bestia cuya astucia me había inducido al asesinato y cuya voz delatadora me entregaba al verdugo. ¡Había emparedado al monstruo en la tumba!

De Edgar Allan Poe

En casa chica y en largo camino se conoce al...

No existe reconocimiento ni amor ni amistad a plazo fijo. Las cosas sólo adquieren dignidad cuando tienen la intención de durar, cuando proyectan vencer al tiempo. Por eso, también el encuentro está signado por el deseo de durar y conlleva, en potencia, el reencuentro...
La amistad comienza como un acto discontinuo, como un salto.
(Alberoni)


El grito

Me callo, grito. No hay un momento para gritar o para callar. Tú eres mi único grito. Tú eres mi único silencio.

M. Darwish

http://caminatuspensamientos.blogspot.com/2009/10/si-no-es-por-las-buenas-sera-por-las.html


Una semana como cualquier otra pueden suceder tantas cosas:

- Te pueden asaltar en el transporte público.
- Alguien puede sembrar la duda donde nunca antes había existido.
- Puedes ver un fantasma
- Pueden despedir de su chamba al que te mantiene y además mantiene otros 4.
- Muere Mercedes Sosa.
- Y para colmo puedes tener las hormonas alteradas por que pues, así es.

Y todo en una semana, lo cierto es que eso no pasa en todos lados, no pasa en Suiza, no sé, no conozco suiza pero no creo que pase. Qué se puede decir para enfrentar o qué se puede hacer para explicar tales sucesos, cómo ver el mundo como antes lo hacía, cómo mirar a la cara a las personas sin demostrar debilidad y/o miedo.

El echo es que hay que continuar, pero cómo hacerlo, creo que sólo basta con mirar a los lados (sí llamenme cursi). Porqué no, antes de decirle "Por qué no haces algo", me levanto y grito, grito con todas mis fuerzas.

Esto va para mi familia y amigos. Gracias Moy, por esas palabras que colocas en mi corazón¡¡¡¡


Decir lo que sentimos, sentir lo que decimos, concordar las palabras con la mente. L. A. Séneca

¡¡¡NO A LA VENTA DEL PAÍS
!!!
¡¡¡NO A LA PÉRDIDA DE LA DIGNIDAD¡¡¡
¡¡¡NO A TENER AL FACISMO!!!







Ningún hombre sabio quiso nunca ser joven. - J. Swift.

He pensado y pensado como vivir esta época, mi época, he observado a mi alrededor y visto a los demás vivir su época. No siempre sé a dónde correspondo, no siempre sé a donde quiero ir. Más que eso no sé si él lugar que elija sea para mi.

Existe una nueva visión del "Hoy" y de lo que significa ser jóven que aveces me resulta contradictoria, mientras parecería que se tienen todas las posibilidades, ¿realmente las tienes como tal?, ser joven no significa definitivamente lo mismo es todos los lugares, no significa estar decidido a cambiar el mundo.

Lo cierto es que hoy se enfrenta el empobrecimiento, la marginación social, el desempleo, una educación que no responde a las exigencias de la vida -al menos no para todos-, narcotráfico, la guerrilla, las pandillas, el alcoholismo, una libertad sexual, abundante informacion, etc.

Muchos jóvenes viven adormecidos por la propaganda de los medios de comunicación social y por imposiciones culturales e ideológicas, otros viven búscando, viviendo, luchando, creando. El punto de esto es que ninguna de las dos posturas es fácil, decidirse por una o por otra aveces parece una desición eterna, yo solamente quiero creer que no lo es, que uno siempre puede ser muchas cosas y nada a la vez.


De vez en cuando me encuentro con un joven en el que no desearía ver nada cambiado ni mejorado; sólo me preocupa que haya tantos perfectamente dispuestos a nadar con la corriente de su época...

J. W. V. Goethe


Ratas de ciudad?¡?¡

Empiezo por aclarar que la frase "Rata de ciudad" no sé refiere a una plaga de roedores, sino a algo que me ha estado llamando mucho la atención y es que en menos de 2 semanas he sabido de al menos 3 personas a las cuales han robado; más -yo me pregunto, ¿por qué?:

  • Acaso por la distracción en la que constantemente nos encontramos, me incluyo, algunas personas,
  • Será porque andamos por lugares peligrosos o de manera descuidada.
  • A las mujeres suelen darnos mucho el argumento, -es que ya andas muy noche¡¡¡¡. -O confunden la acción perder por robar, lo cual quita mucho peso a dicho acontecimiento, el robo.
  • O serán acaso: el desempleo, la crisis, la disminución del salario real, la corrupción, etc. etc. etc.

Así podría continuar dando razones, pero, de ésta manera les pregunto: ustedes cual creen que sea la razón????.

Manifestando mi molestia por ser culpados hasta por el echo de ser robados.

Saludos y Buena noche¡¡¡

A LA CLINICA POR CIUDAD LAGO


¿Qué se puede esperar por cinco pesos? A lo mucho te tienes que conformar con sentarte sobre un hule mugroson y roto; y eso cuando tienes suerte, porque si no, asumes que hay que pasarle pa´trás, irte parado y joderte el cuello si mides más de uno ochenta con cada tope y bache. ¡Chingá! y lo peor, no es que un escuincle vaya llorando a todo pulmón en tu oreja, o que el fulano que va junto a ti huela a sudor de varios viajes atrás; para nada, eso es de principiantes. Tampoco importa que te estés durmiendo de pie todo el trayecto, que por cierto dura una hora; lo peor, lo gachito, lo C U L E R O es: ¡QUE PASA DIARIO!

Te guste o no, cuando no tienes coche o quien te de un aventón, tienes que hacer uso del transporte público (léase micro, metro, camión, chimeco), ni modo somos pobres. Los traslados en esta ciudad, tú lo sabes, son una chinga, en cuanto pagas el importe al tipo de camisa desfajada y corbata chiquita, pagas la entrada a un función donde eres parte del elenco. Pues sí, te apropias un papel que se va rolando en cada parada, semáforo y esquina; quizá te toque ser el que ronca, o el que va estorbando con la mochilota en la espalda y la cartulina en la mano, o aquel que va colgado en el estribo.

Señoras que te empujan, humo de escape, y llantas que no ruedan; me gustaría decirte que son elementos que no se suelen combinan, pero tu sabes cual es la verdad. Aunque hay que reconocerlo no todo es tan malo (a veces puede ser peor), si estás sentado y tienes sueño puedes recargarte en el de junto, eso sí, hay que aprender a lidiar con los codazos y las habladas, pero seguro el otro va más incomodo. Sí no tienes sueño y alguien va leyendo el periódico, ¡pues aprovecha! mientas no te digan nada infórmate.

Aprender a soportar arrimones, el Chambacú a todo volumen y al cobrador que insiste en que atrás va vacío, no te hace mejor humano, pero sí mal vibroso, al punto que tienes que sacar esa mala leche acumulada de alguna forma; hacerte el dormido cuando alguien podría necesitar el lugar, darle un mochilazo a alguien por puro placer, o ir despintando con la uña la pintura del asiento de adelante. Se podría justificar con varias razones aquel actuar, pero la verdad es que somos rencorosos, fuimos educados así, si la suerte nos da la espalda le picamos el hoyo.

Momento, qué hacemos perdiendo el tiempo de esta forma si al fin y al cabo todos alguna vez hemos viajado en el micro y estoy seguro que lo seguiremos haciendo.

¿Eres tú verdadero...?

¿Eres tú verdadero, tienes raíz?
Sólo quien todas las cosas domina,
el dador de la vida.
¿Es ésto verdad?
¿Acaso no lo es, como dicen?
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!

Todo lo que es verdadero,
lo que tiene raíz,
dicen que no es verdadero
que no tiene raíz.
El dador de la vida
sólo se muestra arbitrario.
¡Que nuestros corazones
no tengan tormento!


Nezahualcóyotl


Hace mucho mucho tiempo di cuenta de mi piel morena, mi cabello oscuro, mis ojos negros, del lugar donde crecí. He querido creer desde aquel momento que nada de eso determina mi futuro, que no determina el futuro de nadie. Sin embargo no logro dejar de ver que sí determina muchas cosas, cosas imperceptibles, cosas que nadie quiere notar.

Yo lo noto: en los distintos espacios que conforman la ciudad, cada espacio me trata diferente, aunque ninguno de ellos me reconoce y yo no los reconozco. La percepción que tengo de cada lugar siempre estará determinada por el lugar de donde vengo, pero también, particularmente por el lugar a donde quiero ir, y, de a dónde va el lugar en el que me encuentro.

Hace algunos días alguien hizo cuertionarme, si Nezahualcóyotl estaba mejor o peor que antes, ciertamente no lo sé, es una pregunta díficil de responder, más cuando se contruye una megaproyecto cómo es "Plaza Jardín", aunque me pregunto: ¿A dónde fue toda la pobreza que se encontraba en esa zona? ¿A dónde están yendo todos los jóvenes?.

Está es sólo una lluvia de idea derivada de muchos hechos que me han ocurrido, espero cause alguna reacción.

Nezahualcóyotl: es un municipio del Estado de México adyacente al borde oriental del Distrito Federal y depende totalmente de la ciudad de México. Sus habitantes provienen de casi todo el país, predominando los del estado de Oaxaca, por lo que en el municipio habitan 15,078 personas que hablan alguna lengua indígena, los cuales representan el 1.37% del total de la población mayor de 5 años. El proceso migratorio ha significado la incorporación de nuevos residentes, pues para 1990 el 59.46% de los pobladores habían nacido fuera de Nezahualcóyotl y de la entidad.


Vieja ciudad de agua

La inquietud por un lugar de evolución, mezclas, surealismos, conflictos, donde hemos dejado parte de "nosotros", conformando una identidad colectiva con aquel lugar y sus alrededores. Espacio construido por personas diversas marcadas por su espacio-tiempo.