De aquí somos. Aquí vivimos¡¡!!

De aquí somos. Aquí vivimos. Saboreamos los colores que esta ciudad nos ofrece. Nos movemos en el contrastante método, que es ya por mucho folklor de nuestro universo. Vamos indiferentes por la vida, sin saber realmente por qué esa insistencia tan sútil por enterarnos, sin entrometernos.

Sabemos escabullirnos, cual ratas, en estos laberintos de incertidumbre, de miseria disfrazada, de colores a distancia, siendo esclavos de la rutina, o la desesperación, con esos pasos largos por la prisa de llegar a ninguna parte. Las puertas se nos abren y cierran en un instante.

Vamos, ruidosos, sufriendo o gozando, felices o asfixiados. No nos miramos tal cual somos, no cruzamos miradas, por no sentirnos identificados. Dormidos estamos, en este nuestro camino diario. De repente nos convidan un poco de alegría… nos vienen a compartir esos deseos de sonreír.

Hay ocasiones en que nos gusta imaginar las historias de los demás… ¿Dará clases de algún idioma? ¿Tuvo un día pesado en la escuela… en el trabajo? ¿Habrá discutido con su pareja? ¿Lo habrá besado y huido para no tener que decir adiós? Tal vez regrese de una visita a sus nietos, o simplemente fue de compras para comenzar desde ahora con los regalos navideños. Se repite la historia… esa insistencia por saber, pero sin enterarnos.

Es entonces cuando aquel sonido agudo tan ensordecedor corta las historias, y regresamos a nuestra absurda pero real rutina… Dejamos de imaginar para enfocarnos en lo que consideramos nuestro… Volvemos a ser grises, y sin gracia, hasta el próximo viaje en metro...

Atte. Prudencia

0 comentarios: